Editorial
María Ximena López Ramírez*
La
Educación es el eje central que nos reúne en torno a la investigación, pero
¿Por qué investigar sobre educación? ¿Porque es nuestra preocupación central?
Simplemente porque desde cada uno de los roles que desempeñamos en el día a
día, y desde nuestra profesión como docentes, somo consientes del cambio en el
que estamos inmersos, y de las grandes necesidades que nuestra bella profesión
requiere. Estamos en una sociedad que evoluciona constantemente y de esta forma
debemos hacerlo nosotros junto a la educación.
Desde hace
varios años estamos sujetos a grandes cambios en la sociedad y la educación no
se puede quedar atrás, debe evolucionar y generar experiencias de aprendizaje
pensadas de una forma totalmente diferentes a como se venía dando. Se trata de
pensar en la realidad de cada uno de los seres humanos que tenemos dentro del
aula de clase, teniendo en cuenta que a pesar de que están en un mismo espacio,
son seres diferentes que tienen en común problemáticas y dinámicas de vida que
interfieren en sus procesos de aprendizaje y de socialización.
Educar no
se trata simplemente de dictar contenidos de una asignatura en particular, se
trata de provocar a los estudiantes al conocimiento, de llevarlos a un mundo de
experiencias donde ellos puedan tener una total comprensión desde cada uno de
los contextos en que se desenvuelven, pues la educación se debe adaptar a las
múltiples realidades y no al contrario.
Es
necesario no solamente pensar en una educación más diversa, sino también
generar procesos de inclusión en donde todos los seres humanos puedan convivir
como iguales dentro de unos espacios determinados, sin discriminar ningún tipo
de diferencias: físicas, cognitivas, sociales o demás. La sociedad pide a
gritos momentos de alteridad donde pensemos más en el otro que en nosotros
mismos, ya que es desde ahí donde se genera el verdadero conocimiento y los
procesos de formación y de transformación.
Cuando
dejamos de pensar en los individualismos que la misma sociedad nos ha impuesto
y nos detengamos a pensar en el otro y en cómo mis decisiones pueden afectarlo,
estaremos aportando a un mundo más humano, más incluyente, más equitativo. Es
por esto que los artículos que encontrarán en este
número de la Revista son una provocación a las múltiples investigaciones que se
están realizando alrededor de la educación, las cuales aspiran a llevar no solo
conocimientos alcanzados, sino vidas humanas transformadas en el contacto con
las investigaciones.
Los
trabajos expuestos muestran maneras de mejorar los procesos educativos en cada
una de las aulas de clase a las que tenemos acceso, cuestionándonos siempre si
los procesos que estamos llevando a cabo son los adecuados o cómo podríamos
mejorar aún más estos procesos, pues es evidente en una sociedad como la actual
que, la educación debe ser una constante preocupación por el otro, un constante
cuestionamiento de cómo puedo hacer para que el otro tenga mejores opciones de
educación, de vida y de sociedad.
El punto en
el que se encuentra el mundo requiere de un humanismo permanente que debe
empezar por cada una de las personas que lo habitamos, y que debe ser
transmitido desde todos los espacios posibles para poder generar eco e impacto,
es por esto por lo que los invito a hacer una lectura detallada de cada uno de
estos artículos y así seguir enriqueciendo no solamente nuestros conocimientos,
sino también cada una de las prácticas que realizamos en nuestro diario vivir
como Maestros y Maestras.
* Licenciada en matemáticas y estudiante de la
Maestría en Pedagogía de la Universidad Católica de Manizales (UCM). Profesora
de la facultad de Educación de la UCM. Correo electrónico: malopez@ucm.edu.co.